Si hago una foto que refleje como vivo, “ahora” y desde mi particular y condicionada forma de ver este cole, ésta me hablaría de cómo me inspiran alguna de las piezas de este mosaico con las que me he relacionado.

Este milagro se parió trascendiendo miedos e inhalando humildad en modo desnudo integral, y evoluciona afortunadamente exhalando y depurando juicios tan ásperos como perfectos. Hay una intención apoyada en una filosofía que conecta con la paz. La bandera es de color “amar-i-yo” y blanco, transparente emocional llevado hasta el final, sin juicios. Unas piezas derrochan ternura, otras me susurran asertivamente lo que necesito, en muchas ocasiones en guerra con lo que deseo, y así se convierten en el reflejo perfecto del ejemplo que encuentro por sorpresa y del que me nutro. Y digo nutro porque este cole es comida amable y también alimento. Y cuando digo cole incorporo el movimiento sistólico y diastólico de todas las familias que van y vienen, porque este cole no es un bote hermético de mermelada de fresa que no comparto, ni tiene fecha de caducidad programada, ni es burbuja especial Freixenet , ni un gueto que me proteja, a mi o a mi extirpado quirúrgica-mente hijo único, de mis miedos conscientes o inconscientes, ni el mejor ni el peor cole del mundo…solo es una actitud, una mirada amable, una parte de ese mundo al que pertenezco, que he elegido temporalmente para que juntos nos rocemos y hagamos el cariño, para llegar a ver que ni mi hijo es mío, ni es especial, ni está separado ni de mi ni del resto de niñ@s . Este cole me lo llevo puesto y va conmigo porque me visto de mi mismo a través de el, porque soy el.

Cuando hice esta elección, si he de ser honesto, la hice principalmente por mi. No podía soportar como me hacía sufrir a través de la experiencia de mi hijo en otro contexto educativo no alineado con su ser. Hay personas que sufren a través de su equipo de fútbol. A mi me dio por sufrir de una manera quizá más sofisticada, directa y proporcionalmente conectada con mi sistema de creencias disfuncional que toma como primera piedra sobre la que edifica su iglesia la idea de la separación y de que la causa del hipotético problema imaginado está siempre ahí fuera. En mi caso lo de fuera era la manifestación de una incoherencia interna y mi sufrimiento tan solo me estaba mostrando la misma. Tampoco aquel colegio era responsable de los miedos, culpas y juicios que había aprendido a proyectar… de todo ello me tenía que hacer cargo yo.

Este no es un colegio convencional. Es un colegio familiar en el que se pregunta y se invita a la participación. Al ser pequeño adolece de una cierta fragilidad que hay que compensar con un cierto grado de compromiso de los padres y madres, que va más allá de la esfera estrictamente material. Se trata de un compromiso con tu propio crecimiento personal . Si tu creces el cole crece, si el cole crece tu creces…en paz, amor y confianza… lo cual exige un nivel de conciencia e implicación alineado con el propósito de vivir en paz y unidad… Un trabajo y una cuota de responsabilidad que a veces no todo el mundo está dispuesto a asumir, lo cual entra en contradicción con la esencia de este cole.

Desconozco el número de años que son necesarios para acreditar que una persona tiene la suficiente experiencia o formación. Lo que si sé es que al observar la realidad me doy cuenta de que hay profesionales, con décadas de experiencia en sus jorobadas espaldas metafóricas, fabricando su propio día de la marmota estrábica en una zona de confort ficticia e inconsciente. En este cole me consta que hay profesionales con una dilatada carrera profesional, pero lo importante no es el tiempo pasado o experimentado, sino lo que hago con ese tiempo en el presente, la calidad de la observación y escucha profunda que deposito en cada una de mis relaciones, instante a instante, lo que hago con lo que sé (no con lo que conozco o creo conocer) más allá de un constructo psíquico y separado de hormigón “armado”, y lo que hago con lo que no sé, si es que soy capaz de reconocer mi propia ignorancia que me estampa en la cara el sufrimiento que yo mismo fabrico… En este colegio se hace lo que se puede con lo que se sabe, y siempre hay alguien dispuesto a escuchar humildemente y con una actitud proactiva cuando quizá no se sepa. Y de todo ese ejemplo se impregna el que quiere tener esa manera selectiva de mirar esta parte de la realidad que solemos pasar por alto. Estamos acostumbrados a fabricar escenarios eligiendo las partes de la irrealidad que mejor se adaptan al discurso que nos acerca a ganar la batalla de la razón a costa de perderla. Confeccionamos espantapájaros de barro con retales de memorias traumadas a la medida de una emoción puesta al servicio de una mente errada. La responsabilidad de la decisión siempre va con nosotros, nos pertenece a todos y a todas sin excepciones que confirmen esta regla universal.

Queremos que “nuestros” niñ@s crezcan en paciencia, escucha profunda, respeto, coherencia, espíritu crítico constructivo, paz, aceptación, compasión, conciencia de unidad, generosidad, bondad (que no buenismo)… pero no dejamos de fumar ideas a la cara de nuestro reflejo, sin percatarnos de que ese humo nos lo estamos escupiendo a nosotros mismos…y en medio de esa contradicción y ejemplo, vivimos y enseñamos, aunque lo hagamos aparentemente a hurtadillas como si no se notara… A los niñ@s, a pesar de que aún muchos de ellos no saben leer, aún no se les ha olvidado descifrar el mensaje de nuestro lenguaje inconsciente …Nos pillan la mentira antes de que seas capaz de reconocerla en ti….Este colegio acompaña, no genera milagros…el milagro implica un cambio de percepción y esa es mi responsabilidad…Si no se toma conciencia de donde se está y para que se está solo se va a acentuar un contraste que lleva implícito un sufrimiento, y en medio de ese caos generado están como mínimo dos niñ@s. El que llora tu propio conflicto no resuelto que llega del pasado, y el que lo llora también en el presente, porque no comprende nada del mundo que los mayores le estamos presentando.

Si buscas que te hagan un anillo que se ajuste a tu dedo quizá te vas a equivocar. El traje a medida te lo vas a tener que hacer tu, ya que no hay nadie mejor que tu que sepa donde le sobra tela y donde le falta. El colegio te acompaña, sugiere patrones, materiales y recursos… No suplanta identidades, ni las crea, ni hereda la responsabilidad que asumiste.

Del Inglés, las sesiones de aprendizaje para padres, la biodanza, el yoga, el club de running, el cada vez más cercano fin del proceso de acreditación, la metodología, los errores cometidos… (para los que sean de letras y les interese la Historia) mejor que os hable las personas que se lo están currando, arriesgando su estabilidad emocional y su dinero.

Esta manera de mirar el cole no es ni buena ni mala, y en ningún caso habla del colegio. Tan solo parlotea de mi autorretrato actual. Me hace mucho bien mirar con las lentes limpias.. a mi y a los que tienen el gusto de toquetearme graciosamente…La única manera de conocer la realidad o la verdad de este o de cualquier otro colegio es verificarlo con vuestra propia experiencia, sin sabotearla, y haciendo un ejercicio de autodescubrimiento sincero y valiente a través y junto al otro. En este sentido aquí se te ofrece a priori la oportunidad de conocer in situ el modo de trabajo y los valores sobre los que se sustenta el mismo. Algunos son innegociables y por eso mismo es importante saber de su existencia.

Siento un profundo agradecimiento por muchas de las personas (profesionales, padres y madres que están aunque no haya presencia física por circunstancias vitales) que componen este colegio, pero como no puedo citarlas a todas no cito a ninguna.

Un abrazo fuerte para todos y todas sin excepciones