El ámbito educativo es un terreno en constante evolución, donde las ideas revolucionarias de ilustres figuras del pasado siguen dejando una huella indeleble en la manera en que concebimos la enseñanza y el aprendizaje en la actualidad. Entre estas figuras icónicas de la historia educativa, destaca el nombre de María Montessori y su innovador enfoque que ha dejado una profunda impronta en la pedagogía moderna. Montessori concibió su pedagogía a principios del siglo XX, influenciada por las corrientes de la psicología, la medicina y la pedagogía de su época. Vamos a explorar por qué elegimos la educación Montessori para nuestros niños y niñas.
Los cimientos de la educación Montessori
Para comprender las influencias que moldearon la visión de María Montessori, necesitamos adentrarnos en los fundamentos de su pedagogía. Montessori encontró inspiración en el trabajo de destacados médicos y pedagogos como Jean-Marc-Gaspard Itard, Edouard Séguin, Édouard Claparède y John Dewey. Estos influyentes personajes abogaron por enfoques educativos adaptados a las necesidades individuales de los niños y la importancia de observar y comprender la psicología infantil para mejorar la educación.
El paradigma centrado en el niño/a
La educación Montessori comporta grandes beneficios. El núcleo mismo de la educación Montessori reside en su enfoque centrado en el niño/a. María Montessori sostenía que los niños son seres activos cuyo proceso de aprendizaje es autodirigido, y que los educadores deben hacer las veces de guías en lugar de instructores. Esta perspectiva innovadora se ha convertido en un pilar fundamental de la educación contemporánea.
Montessori también abogó por la creación de un ambiente de aprendizaje preparado que fomente la independencia y la autoestima de los niños y niñas, donde la disposición meticulosa de materiales y la atención a la estética son clave. La teoría del ambiente preparado nace de su formación médica y de la comprensión de cómo los niños y niñas aprenden y absorben conocimientos.
La educación Montessori: fomentando la autonomía y la creatividad
La educación Montessori se distingue de la escuela tradicional en varios aspectos esenciales:
- No hay maestros, hay guías: En un colegio Montessori, los adultos actúan como guías que respaldan el aprendizaje autónomo de los niños, en contraposición al rol tradicional del maestro.
- Todas las tareas se trabajan en clase: La educación Montessori promueve que las actividades se completen en el aula, evitando tareas para llevar a casa, lo que fomenta un equilibrio saludable entre la vida escolar y familiar.
- No todos son de la misma edad: Las aulas Montessori reúnen a niños y niñas de diferentes edades, fomentando la colaboración y el apoyo mutuo.
- No solo se aprenden contenidos académicos: Montessori va más allá, enseñando habilidades de vida y valores comunitarios además de las materias académicas.
- Se inspira a aprender, no se obliga: En lugar de recurrir a la obligación y los premios, Montessori prioriza que los niños y niñas se sientan motivados internamente, y que hallen alegría en el propio proceso de aprendizaje.
- Centrado en los niños y niñas, no en las personas adultas: La educación Montessori se enfoca en las necesidades e intereses individuales de cada niño y niñas, permitiendo que el proceso de aprendizaje sea una experiencia personalizada.
- Aprendizaje activo, no pasivo: Los niños y niñas están en constante actividad, explorando y tomando decisiones por sí mismos, fomentando la curiosidad, el cuestionamiento y el descubrimiento autónomo.
- Se aprende, no se memoriza: Montessori promueve el aprendizaje a través de la experiencia y la comprensión profunda en lugar de la memorización pasiva.
- Los niños y niñas colaboran, no compiten: En este entorno, la colaboración reemplaza a la competencia, creando un espacio donde se apoyan mutuamente en su crecimiento.
- Libertad con límites: Montessori ofrece libertad dentro unos límites, fomentando la responsabilidad y la toma de decisiones autónomas en un entorno estructurado y seguro.
- Estimulación del desarrollo cognitivo: El método Montessori promueve el desarrollo cognitivo y la creatividad, permitiéndoles explorar y experimentar libremente.
- Fomento de la autonomía: Los niños y niñas que asisten a colegios Montessori tienden a desarrollar habilidades sociales y autonomía, lo que beneficia su vida adulta.
- Apuesta por la libertad de movimiento: Los colegios Montessori reconocen la necesidad de los niños y niñas de moverse y explorar, contribuyendo a su desarrollo físico y emocional.
- Aprendizaje personalizado: Cada niño y niñas marca su propio ritmo de aprendizaje.
- Desarrollo de la responsabilidad y el respeto: La filosofía Montessori promueve la confianza, la responsabilidad y el respeto mutuo, habilidades esenciales para la vida.
En Granada International Montessori School, nuestro perfil del alumnado se basa en estos principios, y es nuestra misión que todos los niños y niñas aquí matriculados disfruten de una infancia rica, estimulante y alegre. Traemos la mejor alternativa educativa a Granada.