Maria Montessori: el Extraordinario viaje de la medicina a la revolución educativa
Maria Montessori, nacida el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, Italia, en el seno de una devota familia burguesa católica, emprendió un viaje notable que cambiaría para siempre el panorama de la educación. En una época en la que las aspiraciones de las mujeres estaban en gran medida limitadas a convertirse en maestras, la familia de María, en especial su adelantada madre, Rendile Stoppani, apoyó su búsqueda de formación. Su padre, Alessandro Montessori, un hombre militar con valores contradictorios, era conservador en casa a pesar de sus afiliaciones políticas liberales.
Rompiendo barreras
La familia Montessori se trasladó a Roma en 1875, y María fue inscrita en la escuela pública local en la Vía di San Nicolás de Tolentino. La escuela encarnaba la atmósfera represiva, estricta y disciplinada típica de esa época. María, sin embargo, se rebeló contra estas limitaciones y se destacó como estudiante excepcional, a pesar del ambiente opresivo.
Con el avance de la educación de María, ella fue rompiendo las barreras sociales que limitaban la carrera profesional de las mujeres. A pesar de la oposición inicial de sus padres, se inscribió en el Regio Instituto Técnico Leonardo da Vinci en 1884, aspirando a convertirse en ingeniera, una elección de carrera altamente inusual para una mujer en ese momento. Sin embargo, su tenacidad la llevó a seguir una carrera médica.
La persistencia de una mujer visionaria
A pesar de las objeciones de sus padres y de ser un campo dominado por hombres, Maria Montessori estaba decidida a convertirse en médica. Se enfrentó al rechazo de la propia Facultad de Medicina, que le negó la admisión debido a su sexo. Llegó a declarar: “Sé que seré médica”.
Con el tiempo, y con la intervención del Papa León XIII, Maria Montessori se matriculó en la Universidad de Roma, estudiando inicialmente física, matemáticas y ciencias naturales. Su búsqueda inquebrantable del conocimiento la llevó a traducir obras revolucionarias en educación escritas por Jean-Marc Itard y Edouard Séguin, quienes sentaron las bases de su posterior filosofía educativa.
Maria Montessori, una pionera de la educación
El encuentro de Maria Montessori con niños y niñas con discapacidades mentales durante su especialización en trastornos nerviosos y mentales dejó una profunda impresión en ella. Observó el abandono al que se enfrentaban estos niños y niñas, y se sintió compelida a encontrar una solución. En 1897, se unió a un programa de investigación en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Roma.
A través de su trabajo, María descubrió el potencial transformador de entornos ricos en estímulos sensoriales y materiales de aprendizaje manipulativos. Adaptó los métodos de Itard y Séguin, pioneros en un enfoque educativo que empoderaba a los niños y niñas para convertirse en individuos seguros, independientes y autodisciplinados.
Nace Casa Dei Bambini
En 1907, Maria Montessori abrió su primera Casa Dei Bambini (Casa de los Niños/as) en el barrio de San Lorenzo de Roma. Aquí, se trataba a niños y niñas con dignidad, se les proporcionaba un entorno preparado y se les daban materiales educativos específicos que eran autocorrectivos. Este enfoque revolucionario atrajo la atención a nivel global, y educadores de todo el mundo acudieron para presenciar la transformación de estos “niños convertidos”.
La difusión internacional de Montessori
El trabajo de María continuó ganando reconocimiento e impulso. La primera escuela Montessori en Estados Unidos se estableció en 1912 con el apoyo de Alexander Graham Bell. En 1913, se llevó a cabo el primer curso internacional de formación Montessori en Roma, lo que llevó a la fundación de la Asociación Montessori Internacional (AMI) en 1929.
Las enseñanzas de Maria Montessori trascendieron fronteras, inspirando a educadores y educadoras de todo el mundo. A pesar de las convulsiones políticas y las dificultades personales, su compromiso con la paz y la educación permaneció inquebrantable. Su legado perdura a través del método Montessori, que continúa empoderando a niñas y niños para que alcancen su máximo potencial, tal como ella lo imaginó.
El extraordinario viaje de Maria Montessori, desde aspirante a médica hasta educadora pionera, revolucionó el mundo de la educación. Su legado perdura a través del método Montessori, que empodera a niñas y niños para convertirse en personas seguras, independientes y compasivas. Al basar nuestro trabajo en los principios de la educación Montessori, honramos su visión de un mundo más pacífico.
